En el mercado residencial, considerando las últimas modificaciones en cuanto a normativa y legislación, se han buscado alternativas de análisis para dar un enfoque objetivo y riguroso. Además, siguiendo la tendencia del mercado promotor, se ha fortalecido el enfoque de valor en activos PRS (Private Rented Sector) y BTR (Build to Rent).

En el mercado de oficinas, donde cada vez más se incorporan las certificaciones de sostenibilidad y eficiencia energética, ha sido notable el valor añadido que esto ha supuesto para el inmueble.

El presente y futuro de las valoraciones pasa además por el avance de la tecnología, que permite espacios renovados, más innovadores y eficientes, y también más agradables y saludables para las personas. La tecnología actúa pues como un acelerador en la transformación sostenible de los inmuebles, aportando así un valor añadido al activo.

Una buena práctica en la valoración de los inmuebles deberá indefectiblemente tener en cuenta la nueva normativa, las recientes tecnologías y las certificaciones de sostenibilidad, todos ellos elementos diferenciadores en el valor, para adaptarlo así a la realidad del mercado inmobiliario.