Innovación, tecnología, procesos, metodología agile, conectividad, diseño, flexibilidad, salud, bienestar o conciliación son palabras con las que trabajamos a diario, pero no son palabras nuevas. Hemos estado avanzando hacia ellas desde hace tiempo a través de la evolución de los espacios de trabajo y seguimos haciéndolo, con el foco absolutamente centrado ahora en las personas y en los objetivos de sostenibilidad.

En solo dos años hemos asistido a una evolución acelerada sobre la percepción del espacio de trabajo como factor decisivo para el talento. Hoy, la gran mayoría de las empresas se han planteado nuevas formas de trabajo y reflexionado sobre la posibilidad de ser verdaderamente productivos desde distintos lugares.

Afrontar la gran velocidad de los cambios a la vez que se asegura el nivel de productividad es un gran reto para el que no existen moldes definidos, sino soluciones inteligentes a través del análisis de la estrategia, recursos y cultura de cada compañía para enfocar su forma de trabajo futuro, y donde conocer los nuevos factores de competitividad es clave para diseñar los polos de atracción y retención del talento.